Caminando por San José del Valle, visitando amigos de por
allá, mirando lo bonito que es Nayarit por onde camines, encontré a Raúl Mejía,
lo mire de lejos pero dude que fuera pos andaba con una mujer muy guapa, y me
le fije bien, pos si era, andaba con su señora esposa, ella mujer guapa,
sonriente, caminando por las calles del centro de San José, mirando lo que
nuestra gente produce, elogiando las cosas que las manos de los nayaritas hacen
y meramente comprando.
Uno piensa que ellos no salen de compras, que son
inalcanzables, pero ese es cuento, ellos meros con como nosotros, les gusta
disfrutar de los paisajes, de las gentes, de los sabores y colores de nuestro
estado, allí la mire comprando artesanías, comentando con los vendedores que
ella sube a la Zitacua a comprar quesadillas, y pos me dije mira Nico que gente
tan sencilla, de Raúl me costa que es simple y sencillo porque lo he mirado por
todos lados, pero me agrado mirar que
ella es igual, que por eso son gente querida en esta tierra, porque nos miran
de igual a igual.
Meramente me gusto que la señora comprara las artesanías que
hacen los huicholes, porque que mejor escaparate para las artesanías que el
cuello de una bella y distinguida dama que los porta con el orgullo de ser
nayarita.
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